De mi refranero favorito
Felicidad no es tanto hace lo que uno quiere,
si no querer lo que uno hace.
La libertad no hace felices a los hombres,
los hace sencillamente hombres.
Los únicos que estarán siempre de vuelta de
todo,
son los que no han ido a ninguna parte.
La
prueba más clara de la sabiduría,
es una alegría continua.
El viaje más largo es el que se hace
al interior de uno mismo.
Amistades que son ciertas, nadie las puede
tumbar.
El mundo está lleno de libros preciosos, que
nadie lee.
Yo respondo de lo que digo, no de lo que tú piensas.
El miedo llamó a la puerta.
Yo respondo de lo que digo, no de lo que tú piensas.
El miedo llamó a la puerta.
La fé salió a abrir.
No había nadie.
No tengo tiempo para odiar a los que me odian,
pues estoy muy ocupada queriendo a los que me quieren.
El corazón del hombre es el que debe hacerse rico, no sus arcas.